Un hombre cristiano de Peshawar se convirtió en la última víctima de la violencia sectaria en Sadda, distrito de Kurram en Pakistán. Este horrible acto de brutalidad pone de relieve el creciente extremismo e intolerancia que azotan la región.

Nadeem Hussain, un residente nómada de Parachinar, había viajado a Sadda para buscar medicinas para su hijo enfermo.

Trágicamente, los extremistas lo confundieron con un musulmán chiíta debido a una marca en forma de cadena asociada con el duelo por el IMAM HUSSAIN (as).

Hussain fue atacado sin piedad, su cabeza cortada y luego profanada por sus atacantes en un acto de crueldad indescriptible.

Los videos que circulan en línea muestran su cabeza cortada pasando de mano en mano como un trofeo, una exhibición escalofriante de barbarie que desafía a la humanidad y los valores de cualquier religión.

Este acto atroz ha dejado a su familia, que ya vivía en extrema pobreza, devastada y huérfana.

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