El municipio de São Francisco do Guaporé, en Rondônia, Brasil, fue sacudido por un crimen atroz que dejó a la comunidad consternada este fin de semana.
Tres integrantes de una misma familia fueron encontrados sin vida en circunstancias violentas. Las víctimas son Tereza Peterson, de 45 años, su bisnieta Ana Vitória, de 11 años, y la bebé Ayla Maité, de tan solo 8 meses.
El descubrimiento de los cuerpos ha provocado una gran conmoción en la región y ha generado una rápida intervención de las autoridades policiales.
Según los informes, la escena del crimen fue devastadora: Tereza fue hallada con signos de haber sido estrangulada y las manos atadas, mientras que Ana Vitória presentaba un profundo corte en el cuello. El cuerpo de la pequeña Ayla fue encontrado sobre la cama, sin signos vitales.
Una niña de dos años, hija de Tereza, fue la única sobreviviente del ataque. A pesar de estar gravemente herida, fue rescatada y trasladada a un hospital cercano, donde permanece en estado crítico, luchando por su vida.
En las primeras fases de la investigación, las autoridades barajan la hipótesis de que podría tratarse de un crimen pasional. La hija de Tereza ha señalado como posible implicado al novio de su madre, con quien ella habría tenido una acalorada discusión poco antes del trágico suceso.
Según declaró, tras esta pelea, Tereza decidió cortar todo tipo de comunicación con el hombre, bloqueándolo de su teléfono móvil.
Aunque el sospechoso ha negado cualquier implicación, afirmando que no se encontraba en la ciudad en el momento del crimen, se ha convertido en el principal objetivo de las investigaciones.
Los peritos ya han recogido pruebas clave en la escena del crimen, entre ellas una cuerda, una mordaza y una pieza de tela que estaba en el cuello de una de las víctimas. Estos elementos podrían ser determinantes para esclarecer lo ocurrido.
Mientras tanto, la comunidad de São Francisco do Guaporé vive momentos de dolor e indignación, pidiendo que se haga justicia por este terrible suceso que ha cobrado la vida de tres inocentes, incluida una bebé de solo 8 meses.
La policía continúa trabajando sin descanso para identificar y detener al responsable, buscando poner fin a la incertidumbre que envuelve este horrendo crimen.
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