Familiares de Lorenza García denuncian inacción tras reiteradas querellas por violencia.
Lorenza García Reyes, de 43 años, fue asesinada en su residencia ubicada en el Ensanche Isabelita, en Santo Domingo Este. El responsable del crimen fue su expareja, a pesar de que la víctima había presentado denuncias por violencia física, acoso y amenazas en varias ocasiones ante las autoridades competentes. Este feminicidio se suma a otros similares que podrían haberse evitado si las señales de alerta hubieran sido atendidas a tiempo.
Su hija, Islaury María Morales García, relató que el agresor ya no tenía ningún vínculo sentimental con Lorenza, pero mantenía una actitud insistente, violenta y acosadora. A pesar de que la víctima acudió repetidas veces a la Fiscalía para denunciar su situación, no recibió la protección adecuada ni una respuesta efectiva por parte del Ministerio Público, según indicaron sus familiares.
“El individuo ya había sido detenido por golpear a otra mujer, incluso a la madre de sus hijos. Mi mamá tenía miedo, vivía con miedo”, expresó Morales. Denunció también que las autoridades no dieron importancia a las amenazas recibidas por su madre, a pesar de su historial de comportamiento violento.
Durante la madrugada en que ocurrió el crimen, el agresor entró por una ventana a la vivienda de Lorenza, según testigos, y la atacó mortalmente mientras ella estaba en su habitación. Uno de los hijos de la víctima también resultó herido al intentar intervenir y fue trasladado de urgencia al Hospital Traumatológico Dr. Darío Contreras, donde permanece ingresado.
Después de cometer el asesinato, el agresor trató de huir del lugar. Sin embargo, vecinos del sector lo interceptaron al verlo correr cubierto de sangre. Inicialmente pensaron que se trataba de un ladrón, pero al capturarlo se dieron cuenta de que era el autor del feminicidio. Fue entregado inmediatamente a las autoridades.
El cuerpo de Lorenza García será trasladado a San Francisco de Macorís, su ciudad natal, para ser sepultado. La familia exige justicia y clama que este crimen no quede impune, como ha ocurrido con tantos otros casos similares que se repiten en diferentes puntos del país.
“Ella hizo lo que tenía que hacer, fue a las autoridades, denunció. ¿De qué sirve eso si no hacen nada?”, declaró entre lágrimas su hija, visiblemente afectada y molesta por la falta de respuesta del sistema que debía protegerla.
Este suceso ha provocado una gran consternación en la comunidad. Además, ha reabierto el debate sobre la falta de eficacia de las instituciones responsables de prevenir los feminicidios y sobre la urgente necesidad de una reforma en el tratamiento legal, judicial y social de la violencia contra las mujeres en República Dominicana.