Ronald Antonio Cisneros Mejía y su hija

Un repentino hedor alarmó a los habitantes del barrio Pancasán, en el municipio de Camoapa, departamento de Boaco, Nicaragua. Eran los cuerpos en descomposición, de un padre y su hija.

Según el sitio web de TN8, la adolescente de iniciales T.G.C.M., y Ronald Antonio Cisneros Mejía, de 55 años, tenían más de 24 horas fallecidos.

Según vecinos del lugar, Cisneros alquilaba esa propiedad donde habitaba junto a su hija. Preliminarmente se sabe que el hombre administró un fármaco a su hija para dormirla, luego la mató con un cuchillo, hiriéndola en diferentes partes del cuerpo.

Agentes de la Policía Nacional, junto a un equipo de criminalística y forense, se presentaron a la vivienda a realizar las debidas investigaciones.

La presunción inicial era que la víctima de 17 años y su padre habían sido asesinados. Sin embargo, encontraron una carta presuntamente escrita por Cisneros, pidiéndole perdón a su hija y a Dios por lo que hizo.

«No podía dejar a mi niña sufriendo sola en este mundo, sin su padre, que era el único que la amaba. Que Dios me perdone por lo que hice, Dios sabe cuánto sufro por hacer esto, pero no hay más salida», reza un extracto de la carta citada.

La persona que encontró los cuerpos expresó entre llantos no comprender por qué un padre puede quitarle la vida a su propia hija.

Medios locales conocieron extraoficialmente que la adolescente tenía heridas en el cuello, y el padre cerca de la oreja y el cuello.

“A lo mejor tenía depresión o alguna enfermedad grave y tenía miedo de que su hija quedara sola. La verdad; ahí solo la Policía podrá decir realmente qué fue lo que pasó», dijo una vecina del sector.

La Policía Nacional y las autoridades acudieron inmediatamente al lugar para realizar las investigaciones correspondientes y determinar las razones exactas de este lamentable crimen.