Paloma Sena

Paloma Sena, de 23 años, fue asesinada por su novio durante una pelea. Ella y Nicolás llevaban juntos un año. No vivían juntos, pero ella pasaba los fines de semana en su casa en Mauá, en el Gran São Paulo. Durante una de estas visitas se pelearon y Paloma fue asesinada a golpes. Después del crimen, Nicolás se dio a la fuga.

Durante las primeras horas de la mañana, Caio, el hermano gemelo del sospechoso, llegó a su casa y encontró a Paloma muerta. Se llamó a la policía y se busca a Nicolas. Caio teme ser confundido con su hermano asesino, ya que son gemelos.

El crimen tuvo lugar en una vivienda alquilada donde la pareja mantenía una relación marcada por constantes conflictos y episodios de violencia.

Según declaraciones del hermano del acusado, identificado como Nicolás, los problemas entre ambos eran frecuentes y ya habían escalado a amenazas previas, incluyendo un intento frustrado de homicidio meses atrás.

En la madrugada del día del homicidio, el sospechoso regresó a la vivienda en aparente estado de alteración. Horas más tarde, el hermano gemelo llegó al lugar acompañado de su pareja y encontró la puerta entreabierta.

Al entrar, descubrió el cuerpo de la mujer tirado en el suelo, junto con evidencias que describió como "una escena de terror". Acto seguido, alertó a los vecinos y al propietario de la casa, quienes posteriormente notificaron a las autoridades.

El presunto agresor, Nicolás, tiene antecedentes de conductas violentas y, según testigos, había estado involucrado en consumo de sustancias y conflictos recurrentes.

Su hermano relató que las discusiones en la pareja eran habituales, con intercambios de amenazas que iban desde agresiones físicas hasta insinuaciones de muerte.

El gemelo expresó su angustia por la posibilidad de ser confundido con Nicolás, destacando que la única diferencia notable entre ambos son las tatuajes que tienen en diferentes partes del cuerpo.

"Desde que ocurrió esto, no he regresado a mi casa por temor a represalias. En nuestra comunidad, todos saben que tengo un hermano gemelo, pero fuera de aquí, la confusión es posible", afirmó.

La noticia ha desatado indignación en la comunidad, donde los vecinos mencionan que la relación de la pareja ya era motivo de preocupación.

El hermano del sospechoso lamentó no haber podido intervenir de manera más efectiva para prevenir la tragedia, destacando que tanto su familia como la de la víctima habían aconsejado poner fin a la relación debido a su carácter conflictivo.

Por otro lado, la situación refleja un panorama complejo en Brasil, donde el crimen organizado, representado por grupos como el PCC (Primer Comando de la Capital), ejerce un poder paralelo en las comunidades.

Según el testimonio del entrevistado, Nicolás habría decidido entregarse a la policía por temor a represalias del PCC, conocido por aplicar castigos severos, incluso mortales, a quienes cometen actos de violencia contra mujeres en sus territorios.

Este hecho evidencia una inquietante realidad: la influencia de estos grupos puede ser más efectiva que la ley formal para disuadir ciertos crímenes.

El caso está siendo investigado por las autoridades locales, quienes ya tomaron declaraciones de testigos clave, incluido el hermano del agresor.

Mientras tanto, organizaciones sociales han aprovechado este suceso para reiterar la urgencia de fortalecer las políticas públicas en contra de la violencia de género y mejorar la efectividad de las leyes en la protección de las víctimas.

El trágico desenlace de esta historia subraya la necesidad de un sistema legal que inspire confianza y temor suficiente para disuadir actos violentos, al tiempo que expone las falencias estructurales en la lucha contra el feminicidio en Brasil.