La desaparición de un niño en Manabao, La Vega, ha generado miedo e incertidumbre entre los residentes, quienes siguen su búsqueda con esperanza.
En la tranquila comunidad de Los Tablones, en Manabao, La Vega, todo parecía transcurrir con normalidad hasta que un hecho angustiante rompió la calma: la desaparición de un niño que hasta el momento no ha sido encontrado.
“Por aquí se presume que se llevaron al niño”, dijo un vecino con voz temblorosa, mientras sostenía a su hija en un burro y señalaba un camino angosto que se pierde entre las montañas. Desde ese momento, el miedo y la incertidumbre han invadido a los habitantes de la zona.
El equipo del programa La Vega Mundial recorrió junto a los residentes los senderos donde creen que ocurrió el incidente. Un testigo relató que regresaba de la aldea Mata Grande cuando se encontró con el padre del menor, quien, desesperado, le preguntó si había visto a su hijo.
Eran aproximadamente las cinco de la tarde y el padre ya estaba acompañado de la policía en un intento por dar con el paradero del niño. “Yo venía de visitar a mi papá, no vi nada, pero él estaba desorientado buscándolo”, explicó el hombre, quien vive a unos 20 minutos de la casa del menor. Desde entonces, asegura que no vuelve a dejar sola a su hija ni un segundo.
El temor se ha instalado en la comunidad. “A veces tengo que andar con machete por si acaso”, confesó con la mirada baja, como si cargara con una culpa colectiva.
Las madres del lugar han expresado su creciente preocupación. Una de ellas, quien es abuela de una niña que solía jugar en la zona, contó que ahora siente miedo de que algo similar pueda ocurrir. “Nosotras no vimos nada, pero uno vive con esa preocupación, más ahora”, comentó con resignación.
Algunas vecinas lamentan no haber estado en la casa de una conocida, Lora, donde el niño estuvo momentos antes de desaparecer. “Tal vez si la niña mía hubiese estado ahí, nada de esto pasa”, dijo entre lágrimas.
Mientras la búsqueda continúa, algunos cuestionan la actuación de las autoridades. “Desde el principio debieron revisar celulares y cédulas del grupo presente ese día”, expresó un residente, sugiriendo que la respuesta inicial no fue lo suficientemente rápida.
La zona ha sido declarada de alto riesgo por desapariciones, y la vida en Manabao ha cambiado. Ahora, los padres caminan con sus hijos aferrados de la mano, mientras brigadas de vecinos recorren los senderos con la esperanza de encontrar al menor sano y salvo.