El caso del asesinato de una mujer identificada como Leidy Karina Amarilla de 42 años que se encontraba desaparecida inicialmente y luego fue encontrada sin vida, ha dado un giro inesperado, ya que el principal sospechoso del crimen en un principio era su exnovio, ahora resulta ser un pasero de Puerto Elsa, Nanawa, Paraguay.
La mujer fue hallada sin vida tras estar desaparecida durante varios días y si bien, había recibido amenazas constantes por parte de su expareja, Fabricio José Noguera, por las cuales lo convirtieron inicialmente en el primer sospechoso, sin embargo, ahora es otra persona.
La autopsia al cuerpo de la comerciante caacupeña, quien se encontraba desaparecida desde el 5 de diciembre, fue hallado ayer en una zona boscosa en Puerto Elsa, este mediodía. El resultado indica que la causa de muerte fue asfixia.
La comerciante caacupeña Leidy Karina Amarilla Cabral (43) fue reportada como desaparecida el pasado 5 de diciembre. Cinco días después, sus restos fueron hallados en la colonia Loma Conché de Nueva Asunción, Chaco’i, con indicios de haber sido asesinada.
La fiscala Rosa Heinroth, interviniente en el caso, dio a conocer el relato de cómo habría ocurrido el crimen, en la vivienda del principal sospechoso e imputado por homicidio doloso, el pasero y estibador en Nanawa Sergio Daniel Ayala González (35). La cronología es con base en la versión brindada por el otro procesado, en calidad de cómplice, el albañil Sebastián Alderete (30).
Alderete reveló a la Fiscalía que, días antes del homicidio, Sergio Ayala le había ofrecido la suma de G. 500.000 para cometer el crimen porque, supuestamente, el principal sospechoso quería que Leidy sea asesinada por una deuda de dinero, en el marco de una relación comercial entre ambos.
Entonces, el autor y su cómplice planificaron el crimen. Leidy habría sido citada a la vivienda de Sergio Ayala el 5 de diciembre pasado, donde acudió en horas de la tarde, entre las 14:00 y 15:00. En la casa, conformada por una sola pieza y un baño, ya lo esperaba oculto Alderete.
Ingresaron al interior de la vivienda la víctima con el principal sospechoso y, en ese momento, este último le indica a su cómplice que actúe —y cometa el crimen—, a lo que Leidy respondió consultando qué es lo que debía realizar Alderete.
En ese instante, Ayala, alarmado, le propina un golpe de puño a la mujer, quien —lanzada por la fuerza del impacto— se golpea la cabeza contra la cabecera de una cama, luego cae en la misma. Ya tendida en el colchón, el pasero se lanza sobre el cuerpo de Leidy y la estrangula hasta matarla.
Alderete añadió que, al momento que Ayala le da el golpe de puño a la víctima, él sale corriendo de la vivienda y va hasta su casa, ubicada a unos metros aproximadamente de la escena del crimen.
Pasando las 22:00, ya en la noche del mismo 5 de diciembre, Sergio Ayala va hasta la casa de Sebastián Alderete y le realiza una nueva propuesta, a la cual este accede: que le pagaría una suma de dinero si le ayudaba a deshacerse del cuerpo.
Ambos ahora procesados van hasta la escena del crimen y cargan el cuerpo, previamente envuelto en una sábana, encima de una motocicleta, para posteriormente lanzarlo a un baldío, ubicado a 100 metros del sitio de muerte.
La sábana con la que envolvieron el cuerpo de la víctima fue quemada por ambos sospechosos, una vez lanzado el cadáver en el baldío.
La fiscala reveló que Sebastián Alderete contó lo que —según él— ocurrió, luego de haber visto en los medios de comunicación que el pasero lo acusaba como autor de la muerte.
Esta versión que brindó el imputado como cómplice “coincide con todas las evidencias recabas” hasta ahora por la Fiscalía, según resaltó la agente interviniente.
Precisó que en su último reporte —enviado, a través de un mensaje telefónico, a una de sus hijas— Leidy decía que, pasando las 13:00 del día del homicidio, se encontraba en Puerto Elsa y que fue para tratar un tema relacionado con saldar una deuda.
Heinroth también resaltó que el informe forense indica que la mujer recibió un golpe de puño en el rostro, tuvo una contusión en la cabeza y murió a causa de una asfixia por estrangulación, lo cual también fortalece la hipótesis que se basa en el relato de Sebastián Alderete.
Otros elementos que se suman son que, en la escena del crimen, la cabecera de la cama fue hallada con rastros de sangre y que los investigadores lograron descubrir los restos de la sábana quemada y dónde se dio ello, mediante la información brindada por el presunto cómplice.
La agente añadió que la vinculación comercial que logran descubrir es que el pasero le suministraba mercaderías provenientes de la zona fronteriza a la comerciante caacupeña, quien posteriormente las vendía en su ciudad de origen.
Además, mencionó que verificaron que ambos tenían una relación de amistad, derivada aparentemente de los negocios que hacían, por lo que la mujer frecuentaba y conocía la vivienda de su presunto homicida.
La agente del Ministerio Público mencionó que, hasta el momento, no hay elementos que permitan calificar el caso de feminicidio, porque no hallaron vínculos entre el principal sospechoso y víctima más allá de lo comercial.
Sin embargo, mencionó que seguirán realizando diligencias y que, en caso de que se halle indicios, se podría modificar la carátula del hecho punible, que actualmente es homicidio doloso.
En redes circulan audios en las que supuestamente Leidy menciona que su expareja Fabricio José Noguera (22) lo amenazaba de muerte.
También circulan otros audios en los que dos hombres —presuntamente el victimario y el exnovio— se amenazan. A su vez, se menciona en los mismos una intención de atentar contra la vida de Leidy y sus hijos.
La fiscala afirmó que estos elementos están siendo investigados y que no descartan ninguna hipótesis respecto al caso, incluso, la que indica que el principal sospechoso de la muerte y la expareja de la mujer habrían colaborado. No obstante, subrayó que no tiene elemento alguno que vincule a Noguera con el crimen, hasta la fecha.
Comentó, asimismo, que siguen en búsqueda de otros elementos, como el celular de la víctima, que había sido destruido con un martillo por el pasero, conforme indicó el presunto cómplice al Ministerio Público.
“La causa de muerte es una asfixia, esto pudimos determinarlo a pesar de la avanzada descomposición de los órganos internos porque queda parte de lo que sería la sangre del edema agudo de pulmón, dejando marca de putrefacción dentro de todo lo que sería el árbol traqueobronquial. El tipo de muerte es uno violento y homicida”, indicó el médico forense Pablo Lemir en conferencia de prensa.
El mismo precisó que, antes de su muerte, Leidy Amarilla habría sufrido también varios golpes en el rostro: uno del lado izquierdo a la altura del pómulo y otro en la zona media de la frente; ambos sin rotura ósea.
No obstante, puntualizó que no se puede descartar otro tipo de heridas en el rostro que hayan contribuido a que las moscas se acercaran y depositaran sus huevos, produciendo la destrucción total de la piel y el músculo de la zona.
En cuanto al tipo de muerte, el mismo lo describió como violento y homicida; ya que por las evidencias médicas se presume que la mujer fue golpeada en varias ocasiones, probablemente para ser sometida.
Así también fue hallado el rastro de una herida en el muslo izquierdo que afectó no solo la piel y el músculo, sino también la ropa que llevaba, comprobando así la consistencia de la utilización de un arma blanca, incluso post mortem.
Así también precisó que, debido al estado de descomposición del cuerpo y a que ya no se cuenta con material para analizar, no se puede confirmar que la fallecida haya sido víctima de abuso sexual.
Por otro lado, destacó que se realizarán otros estudios para conocer más sobre las condiciones en que ocurrió el deceso, por lo que el patólogo ha retirado varias muestras de órganos que serán analizadas a profundidad.
#Móvil970 @CorvalanJoel | Leidy Karina falleció por asfixia, según la autopsia.
"Tiene lesiones en el cuello, rostro y probablemente en el antebrazo", Pablo Lemir, médico forense.
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