Jill Parton

Una trágica historia de abuso y depresión salió a la luz durante una audiencia judicial en Stockport, Gran Mánchester, Inglaterra, donde se revelaron los dolorosos detalles del fallecimiento de Jill Parton, una madre de 46 años.

Según se informó, la mujer terminó con su propia vida tras sufrir abuso coercitivo y controlador en una relación anterior.

La audiencia, celebrada este miercoles, reveló que Jill Parton fue atropellada por un tren el pasado 3 de julio. Antes de su fallecimiento, Jill realizó una última llamada por FaceTime a su ex pareja. Su cuerpo fue encontrado en las vías del tren, y el informe judicial concluyó que la causa de la muerte fue suicidio.

Se escuchó en la corte que Jill había estado viviendo con temor por las amenazas hacia ella y su hija, Amber, de 25 años, tras la ruptura de su relación.

Según el testimonio de Amber, su madre "tenía miedo de salir de casa" y estaba aterrorizada de que algo les ocurriera. A pesar de haber manifestado que no quería seguir viviendo, Amber nunca creyó que su madre se quitaría la vida, ya que siempre había expresado que no la abandonaría.

Un hombre, cuya identidad no fue revelada, fue detenido bajo sospecha de haber cometido agresión doméstica, aunque tras una investigación exhaustiva por parte de la policía, fue liberado sin cargos al no encontrarse pruebas suficientes.

Jill, quien trabajaba como encargada de un pub, había tenido problemas de salud mental previos. Meses antes de su fallecimiento, había sido diagnosticada con depresión y ansiedad, por lo que estaba tomando antidepresivos y había sido derivada a servicios de salud mental.

A lo largo de su vida, también estuvo involucrada en varias relaciones complicadas que la afectaron emocionalmente.

El día de su muerte, Jill había asistido a Stockport Pride con su ex pareja, Stuart Sumnall. Según el relato de Sumnall en la corte, ambos discutieron antes de que Jill se bajara de su automóvil llorando.

Luego, Stuart recibió varios mensajes y llamadas de ella, incluyendo una realizada desde las vías del tren, donde ocurrió el fatal desenlace.

Los Servicios de Policía de Transporte Británica llegaron al lugar después de que la policía local fuera alertada. Allí encontraron el cuerpo de Jill con múltiples lesiones traumáticas.

La forense Anna Morris, quien llevó a cabo la investigación, describió a Jill como una mujer compleja y vulnerable, con una larga historia de problemas de salud mental. Morris concluyó que la causa de la muerte fue un suicidio, influido por el abuso coercitivo y controlador al que había sido sometida.

Amber rindió homenaje a su madre durante la audiencia, describiéndola como su "mejor amiga". Expresó el profundo vacío que sentía desde su pérdida, afirmando que ambas tenían una relación muy cercana, hasta el punto de que muchos amigos envidiaban su vínculo.

Amber relató que, a pesar de haber notado el sufrimiento de su madre, nunca imaginó que ella tomaría la decisión de acabar con su vida.

Jill Parton había sido conocida en su comunidad por su carácter extrovertido y alegre. Era la encargada del pub The Crown, ubicado cerca del viaducto de Stockport, donde compartía con sus clientes y amigos.