La comunidad está conmocionada tras el suicidio de Charlee Tayt Hubbard, una niña de 11 años descrita por su familia como valiente, inteligente y, sobre todo, bondadosa.
La tragedia ocurrió el jueves 24 pasado, cuando Charlee Tayt fue encontrada sin vida en su habitación luego de recibir una llamada de FaceTime en la que unos niños hicieron comentarios negativos sobre su apariencia.
Charlee Tayt, quien cursaba sexto grado en la escuela secundaria Drew, había sido conocida por su carácter amable y por defender a sus compañeros en momentos de necesidad.
Su madre, Bliss Hubbard, compartió que su hija era una niña llena de energía y amor por los demás. “Siempre estaba dispuesta a ayudar y animar a los demás”, recordó Bliss.
El fatídico día, Charlee Tayt había recibido una llamada de varios niños a través de FaceTime, durante la cual fue objeto de burlas.
Aunque no hubo indicios de un acoso prolongado, la familia cree que las palabras de esa conversación fueron lo suficientemente devastadoras como para empujarla a tomar la trágica decisión de acabar con su vida.
Bliss Hubbard explicó que Charlee Tayt no había mostrado señales previas de depresión ni había experimentado un acoso escolar prolongado.
La familia mantenía una comunicación abierta, donde se discutían temas difíciles y no había secretos. "No vimos señales de advertencia", afirmó su madre, quien había revisado el teléfono de su hija días antes sin notar nada inusual.
El impacto de la muerte de Charlee Tayt ha sido devastador para su familia, que incluye a su hermano mayor, Easton Hubbard, un joven de 18 años que actualmente sirve en la Marina de los EE. UU.
Bliss compartió su dolor, expresando la incredulidad de que su hija, una niña tan querida, se hubiera sentido impulsada a tomar una decisión tan irreversible.
En honor a la vida de Charlee Tayt, se celebró un servicio el domingo en la funeraria Usrey de Talladega, Alabama, Estados Unidos, al que asistieron alrededor de 2.500 personas.
La familia expresó su gratitud por el abrumador apoyo de la comunidad. Durante el funeral, tres personas decidieron entregar sus vidas a Dios, un hecho que la madre de Charlee Tayt considera como un legado positivo de su hija.
La familia ha decidido no dejar que la historia de Charlee Tayt quede en el olvido. Están comprometidos a concienciar sobre el suicidio juvenil y el acoso escolar, considerando hablar en escuelas y comunidades para evitar que otras familias sufran la misma pérdida.
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